martes, 19 de octubre de 2010

La moda que incomoda.

Iba manejando por la panamericana, cuando veo un auto descapotable. Pasó la típica: todos miran el auto y empiezan a pensar qué auto quieren comprarse si tuvieran toda la plata del mundo, o que copado es tener un descapotable.
A mi lo único que se me ocurría pensar era: que incomoda que va la señora del asiento de atrás. Porque el joven que manejaba estaba contentísimo; el auto sería nuevo, el papá se lo regaló, que canchero que soy... saquemos a pasear a la tía. Cuestión que la vieja en el asiento de atrás no sabía como agarrarse el pelo; mientras el conductor y su copiloto iban cantando, bailando con mucha onda, con lentes, camisa negra y sus brazos apoyados donde debería estar la ventana. La pobre señora debería estar pensando: "cómo me va a quedar el pelo, hubiera ido con mi hermano y su esposa en el Uno. Aunque entramos apretados y la gorda esa no para de hablar, seguramente hubiera llegado peinada. Ahora va a parecer que ya con la edad no sé como arreglarme, o que estoy gaga y no pienso, que si no me acomodo los pelos de atrás se me ve la pelada. Encima estos chicos, que me traen a cualquier hora y con esta música... La próxima me banco a la gorda hablar de las varices que tiene en las piernas!"
Si yo tuviera un descapotable no saldría a manejar a 120 kilómetros por hora con mi abuela en una autopista; y aunque no esté mi abuela, tampoco. No hay nada que me moleste más que el pelo se me revolotee con el viento. Hay gente que me dijo que supuestamente con el descapotable no se te vuela el pelo, porque tiene un vidrio que te repara. Pero en el descapotable que yo vi, a todos se les volaba el pelo. Y además quién no se acuerda la típica escena de película, que a la mujer sexy se le vuela el pañuelo y no le puede decir al guapetón que maneja el auto que pare así lo busca. Imaginate si se te ocurre sonarte la nariz o si llevas una chalina puesta, o si venís con el brashing recién hecho de la peluquería.
Eso de que la moda no incomoda... yo no me lo creo.

miércoles, 13 de octubre de 2010

El choque


Hoy se cumple un año de que le choqué el auto a mi mamá. Pensé que me lo iba a acordar, pero me lo hizo acordar ella. Cada vez que me subo al auto me acuerdo, o si hablan de choques me acuerdo, pero hoy me olvidé.
Me acuerdo exactamente como fue todo. Tenía que buscar la cámara de fotos que había mandado a arreglar hace un par de meses y después ir a la facultad. Una cosa era cerca de la otra, así que decidí ir con el auto. Salí, como siempre, por mansilla derecho, desemboqué en guatemala. Pensé ¿voy por scalabrini ortiz o por armenia? Mejor por Scalabrini que hay semáforo.
Habían demaciados autos para lo que yo había pensado, así que decidí que faltaría a la clase porque no iba a llegar. Adelante mío iban muchos autos y colectivos, pero uno solo me llamaba la atención, uno rojo que no se decidia si ir por el carril lento o el rápido. Iba en uno, iba en otro, iba en el medio, iba por todos lados.
Cuando llegamos a la esquina de scalabrini y niceto vega era un caos. El mismo caos que se hace siempre en esa esquina, y el conductor del auto rojo seguía indeciso. Me puse de mal humor; encima la canción que pasaban en la radio era malísima. La estaba cambiando, cuando me tocaba avanzar.
Arranqué. Salí rápido. Vi el semáforo en verde. Cambié la radio. Vi el semáforo en amarillo. Pensé: el auto rojo va a pasar, como todo argentino, va a pasar en amarillo. El auto rojo clavó los frenos, yo intenté maniobrar y choque. Me bajé pensando que no había sido nada, y que chocar era lo mismo que jugar a los autitos chocadores.
El conductor del auto rojo, resultó ser conductora y tener la misma cara que yo, la de "saqué el registo hace menos de un año".Intercambiamos papeles y me subí de nuevo al auto.
Busqué la cámara, y cuando volvia, nuevamente, vi el golpe del auto. No era tan grave; pero era el cumpleaños de mi mamá y éste no era el mejor regalo.
Lo tomó muchísimo mejor de lo que esperaba, me preguntó si estaba bien y que vuelva para casa así lo veía. Aprovechando mi camarita recién arreglada le saqué unas fotos.
Después todo se resolvió como todos los choques: averiguar con el seguro, hacer la denuncia, ir a mecánicos, etc.
El 13 de octubre del 2009 pensé que iba a ser un día inolvidable, sin embargo, un año después me doy cuenta que no lo fue.